3 mar 2010

Algunos problemas



La motivación necesaria para escribir no se presenta en este momento.
Perdón, de verdad, lo siento.
Aunque el ventilador que no es de marca Sanyo como me gustaría –abanico, de
donde vengo, lo llamamos equivocadamente así por razones culturales, de hecho prefiero el "error” ya que casi todo lo demás esta equivocado de aquí a la luna–.
El abanico que no es Sanyo gira entregando su frescor innecesario, se estaría bien sin él.

Afuera llueve tranquilamente.

Esa será la única anotación proveniente de una naturaleza olvidada
y tristemente dejándola de lado prosigo hacia la nada,
con todo lo que me acompaña de este mundo tan humano y baladí.

Los cables de cada aparato puesto a mí alrededor con algún uso en desuso
representando la longevidad de la existencia pura,
del interruptor al toma corrientes la energética flama de la cual se alimentan los vástagos objetos, dándole sentido al cosmos.

En el caso de algunos más avanzados espiritualmente como las computadoras
o celulares de hoy, sus almas clamando por el preciado fluido, cediendo al placer,
electrocutante para nosotros los de la carne y la fetidez.
Eso si están conectados y si no también es posible,
en cuanto a las baterías igualmente necesarias en cada caso físico, es igual.
Si son simples bellezas mecánicas como un reloj no siempre.

Y en el caso metafísico de una hoja de texto del programa preferido,
en donde un poema qué escribir o una carta insulsa al sindicato de recicladores,
para que recojan bien los desechos inorgánicos
y no dejen los orgánicos tirados en la calle que dejan siempre…

Nuestras miserias mezclándose entre si dan vida a estos encuentros del tercer mundo,
únicos e irremplazables.
Disculpen, ¿tenemos sindicato de recicladores, verdad?



Imagen: [imp pnt] - Wittadlo

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