23 mar 2010

Para leer en forma admirativa y conversacional



Me pregunto cuanto más me perseguirás,
preguntaras las mismas preguntas, los mismos acertijos.
¿Será posible encontrar una manera, con el tiempo y la calma necesaria?
Hasta este momento he representado bien el papel, como payaso, de malos tratos,
aquel silencioso temor a la muerte representando en mí como parte del espectáculo;
esa devoción incestuosa que no podré olvidar de mi empirismo sexual,
aquella niñez más allá de precoz, absurda.
¿Cabe decir algo?
¿Algo que decirme podrá caber, llenara los espacios vacíos?
Deberían existir interruptores para nuestras conciencias, el control no remoto de los
sinsentidos, y te podría jurar que seriamos capaces de apagar las ganas
de saltar al vacío, de llorar siempre,
el maldito problema este de pensar-sentir demasiado sin pausa.
Quiero poner el ruido en un lugar exacto, colocarlo ahí, darle su otra forma humana
y hacer de ello mi obra.
Creo que la música nace en un lugar en el que tú y yo no podemos existir por separado,
así es y si por alguna razón me equivoco, escucha.
[…]
¿Me escuchas?



Foto: Espejos - Wittadlo

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